quinta-feira, 27 de agosto de 2009

Bolivia-Brasil - El viraje de Lula



Los medios de difusión cariocas reflejaban en mayo del 2006 el estado de indignación existente en el Brasil a raíz de la llamada “nacionalización” de los hidrocarburos en Bolivia, que consistió en conminar a las empresas petroleras a firmar nuevos contratos o dejar la plaza boliviana.

Los titulares de prensa de ese momento lo decían todo: “Molesta a Brasil estatización en Bolivia”, “Se agrava disputa Brasil-Bolivia”, “El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil no descartó el retiro del embajador de su país en Bolivia”, “El 1,4 por ciento de brasileños desea declararle guerra a Bolivia”.
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El pasado 22 de agosto de 2009, la historia cambia abruptamente, de modo tal que no parece que se tratara de los mismos actores que en el clímax de la crisis del gas no escatimaron comentarios rudos y torpes entre ellos. Ahora, de pronto, Lula ingresa con paso de parada a la historia boliviana, mostrando una actitud y una voluntad de liderazgo que sorprende. Nuevamente los titulares de los medios de difusión nos dan una idea de este momento: “Bolivia y Brasil consolidaron relaciones bilaterales”, “Lula anuncia medidas de ayuda”, “Lula da espaldarazo a Morales”, “Brasil abre mercado a textiles bolivianos”, “Cuatro mega acuerdos sellan la integración de Bolivia y Brasil”, “Valora Lula 'lucha de toda la vida' de Bolivia por su liberación”. Lula y Evo suscriben cuatro acuerdos muy significativos, sobre investigación para la exploración del Salar de Uyuni; el entendimiento en defensa civil y asistencia humanitaria; apoyo en la formación profesional y un financiamiento de 332 millones de dólares para la construcción de la carretera San Ignacio de Moxos-Villa Tunari. A dichos acuerdos se suma la decisión del presidente Lula de abrir el mercado brasilero a los textiles bolivianos, con la finalidad de reemplazar el perdido mercado norteamericano e introducir una suerte de “APTDEA sin condiciones”, como bautizó el Presidente Morales a la disposición brasilera.

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El periodista uruguayo Raúl Zibechi, uno de los analistas latinoamericanos más destacados, ha dado a conocer recientemente su punto de vista en torno a las razones que explicarían el afán norteamericano por usar siete bases militares en Colombia. Según su punto de vista, el tiro no está dirigido a fortalecer al gobierno colombiano en su lucha contra las FARC, sino que “el mensaje principal es para Brasil y no para Venezuela”, en coincidencia con la opinión del profesor Juan Gabriel Tokatlián, aunque con dos precisiones del mismo Zibechi: 1) Decir Brasil es decir Amazonía, es decir, recursos naturales, y 2) preocupa la creciente alianza entre China y Brasil, “cuyo comercio debe realizarse a través de la cordillera andina”.

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